miércoles, 4 de noviembre de 2015

DEFINICIÓN DE MUSEO
Del latín museum, un museo es un lugar donde se guardan y exhiben colecciones de objetos de interés artístico, cultural, científico, histórico, etc.
La historia detrás del primer museo del mundo
En 1925, el arqueólogo Leonard Woolley descubrió una curiosa colección de objetos mientras excavaba un palacio de Babilonia. Eran cosas de muchos tiempos y lugares diferentes, y sin embargo, estaban organizadas de forma clara y hasta correctamente etiquetadas. Woolley había descubierto el primer museo del mundo.
Es fácil olvidar que los pueblos antiguos también estudiaban la historia –los babilonios que vivieron hace 2,500 años eran capaces de mirar retrospectivamente en los milenios anteriores de la experiencia humana. Eso es en parte lo que hace extraordinario el Museo de la Princesa Ennigaldi. Su colección contenía maravillas y objetos tan antiguos para a ella como la caída del Imperio Romano lo es para nosotros. Pero también es un símbolo sombrío de una civilización agonizante consumida por su vasta historia propia.
El Museo Ennigaldi fue sólo uno de los muchos hallazgos notables hechos por Leonard Woolley, generalmente considerado como entre los primeros arqueólogos modernos. Nacido en Londres en 1880, Woolley estudió en Oxford antes de convertirse en asistente de guardián en la escuela del Museo Ashmolean. Fue allí donde Arthur Evans –el renombrado arqueólogo que estudió la civilización minoica en la isla griega de Creta– decidió que Woolley sería de más utilidad en el campo, y por eso Evans lo envió a Roma para empezar a excavar ahí.
Aunque Woolley tenía un añejo interés en las excavaciones, contaba con poca capacitación formal en lo que respecta a hacerlo técnicamente bien. Lo dejaron a su suerte como autodidacta, y así encontró sus propias técnicas e interpretaciones que influyeron en futuros arqueólogos. Justo antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, él exploró la antigua ciudad hitita de Carquemis junto con su joven colega T.E. Lawrence, quien hizo a un lado su historial como arqueólogo para asumir un papel más famoso como… bueno, como Lawrence de Arabia.
Pero fue el trabajo de Woolley en la antigua ciudad mesopotámica de Ur lo que realmente consolidó y proyectó su legado histórico. A partir de 1922, Woolley excavó una gran porción de una ciudad-Estado antigua que había durado miles de años, desde la antigua civilización sumeria del 3,000 a.C. hasta el imperio Neo-Babilónico de 500 antes de Cristo. Uno de sus mayores descubrimientos –que se puede considerar el equivalente de la tumba del rey Tut, pero sumerio– fue el de la tumba de Shubad, una mujer de gran importancia en Sumer en el siglo 27, cuya tumba había permanecido inalterada durante 4,600 años.

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